Mi gran afición, alguien sabe hacer de esto una forma de vida? Me lo cuente...

Parecía chulísima en la foto, pero al llegar allí, qué decepción!, la arena estaba sucia, el agua llena de rocas, qué ruidoso era el lugar….o…me habían dicho que era una playa que no merecía la pena visitar y resultó ser maravillosa, tranquila, con un agua cristalina….

Sí, mi gran hobbie, entretenimiento y fuente de salud mental es la playa, pero al plantearme cada vez que viajo las playas que visitaré, me encuentro con que nadie presta la misma atención a las, tal vez, pijadas, que para mí convierten un día bueno en uno excepcional…

domingo, 1 de julio de 2012

GRECIA, Atenas y las Cícladas, julio 2010

Si hay un destino playero por excelencia, ese es Grecia y su conjunto de islas.
Esta era mi segunda visita, la primera 18 años antes había incluído Atenas y Creta, destino que seguro volveré a repetir.
En esta ocasión elegimos el combinado clásico; Atenas, Santorini, Paros, Naxos y Mikonos.

Encontré Atenas algo mejorada en la zona del centro, Plaka y alrededores de la acrópolis, con esa zona peatonal que lo bordea todo, pero, sin embargo, el resto me pareció más deteriorado, no tanto los edificios como lo que veías por la calle, la crisis estaba pegando muy duro en ese momento, y me temo que seguirá  parecido.







El primer destino fue Santorini, cuya vista de la caldera desde cualquier punto desde Thira a Oia es simplemente espectacular. No te cansas de mirar.




 A la horda de perros que te recibe a primera hora también le gusta el paisaje, se comportan como perros abandonados, aunque llevan collar y están bien alimentados, van en manada, gruñen a quien le tienen ojeriza,...y controlan las poblaciones de gatos...





















Tras visitar Oia y tener agujetas en el dedo del disparador, decidimos que había que probar ese mar tan azul, la primera playa a la que nos dirigimos fué a Kamari , que además de ser de piedra bastante gorda estaba a tope de tumbonas y sombrillas, el agua totalmente transparente, pero las piedras al ser tan negras quemaban bastante.


Echamos unas buenas horas, después ver el atardecer en Oia, cita obligada parece ser, y  cenita con vistas a la caldera, en estos restaurantes pagas las vistas, para una noche está bien.

Al día siguiente en la visita Nea Kameni y su cráter tuvimos la oportunidad de bañarnos en las aguas termales, la sensación es extraña, ya que te acercas nadando y en cada brazada sube la temperatura 5º, además del cambio de color del agua.


Para comer te acercan a la población de Ormos Korfou en la isla que cierra el círculo que es Santorini, Nisos Thirasia. Comes en el puerto, y desde los embarcaderos de las casas de pescadores puedes acceder fácilmente al mar.


El día siguiente lo dedicamos a visitar playas, la primera fue la curiosa playa roja, muy original con su pared roja y arena del mismo color, apta para visitar pero no para permanecer mucho rato, ya que al haber una pared tan cerca el sonido se concentra resultando muy ruidosa para descansar, era un poco asfixiante.


Así que nos trasladamos a otra, a la de Vlyhada, que es de arena, con unas curiosas formaciones,  en seguida se terminan las sombrillas y tumbonas, había poca gente, una maravilla.



En Perissa vimos como una camada de cachorros totalmente asilvestrada campaba a sus anchas, comiéndose la comida de los playeros y subiéndose a las tumbonas. Muy gracioso y un futuro problema.




Esa noche por fin cenamos en un restaurante con comida buena de verdad, el Nikolás, que por no tener no tenía ni ventanas pero qué delicia.



La playa de Perissa es prácticamente la misma que Perivolos que nos resultó también muy agradable, ancha, también de piedra, y  grande, con lo que pudimos encontrar nuestro lugar.

Una maravilla Santorini a todos los niveles, tiene buenas playas, no necesariamente llenas de gente, y nos quedaron unas cuantas por visitar.






















Siguiente isla, Naxos, por varios motivos mi favorita. Según llegas te recibe su monumento más popular, la Portara o el dintel del  templo de Apolo, no es mala isla para que te abandonen, no te quejes Ariadna.


Desde la primera noche sacrificamos cenar con vistas, y encontramos un restaurante fantástico, el Mauro, la mejor moussaka,  y un pescado buenísimo.

Naxos lo tiene todo, pueblos maravillosos en el interior, pequeñas iglesias ocultas y unas playas alucinantes, esta es Plaka, arena dorada clara, agua transparente, ni multitudes ni casi construcciones.


Hay también buenas playas en la misma capital, Hora, pero preferíamos desplazarnos para disfrutar de otras menos habitadas y en la capital disfrutar de sus atardeceres.







Naxos, además de playas tiene buenas rutas de senderismo en Halki, con pequeñas iglesitas bizantinas, y frondosos caminos con olivares. Filoti tenía maravillosas vistas, y blanquisimas calles.

Una curiosidad de la isla es la posibilidad de visitar esta mina en la que se estaba extrayendo a la vez que dando forma a un Kouros gigante. Está en la población de Apollonas, y el pueblo tiene un puerto pesquero pequeño y encantador con una playa igualmente encantadora.



Tras los dias en Naxos, pasamos a Paros, nos desplazamos desde la capital Parikia a visitar Naousa, precioso pueblo pesquero, con un amplio puerto en el que habia alguna playita improvisada, aunque sin posibilidad alguna de tumbarte a descansar y tomar el sol en estas playas del pueblo.




Buscando donde tumbarnos nos desplazamos a una playa de mayor tamaño muy cercana, la de Piperi, pero fué una total decepción, estaba abarrotada de gente, muy sucia la arena y llena de pinocha.

Uno de los pueblos de interior más bonitos de estas islas nos lo encontramos aquí en Paros, Lefkés, que además es el más alto.
Pasamos la tarde en una playa bastante recomendada en Paros, Golden Beach ,pasando por Piso Livadi, aunque tiene arena blanca, no fue de las que mas nos gustó por su cercanía al pueblo, con lo que no era muy tranquila.




De vuelta a Parikia para cenar, el paseo está lleno de restaurantes desde los que ver posarse el sol sobre el mar. Los peñascos de Orgos-Orgos siempre salen bien en las fotos.


Tambien visitamos el pueblo de Petaloudes porque tiene un pequeño valle lleno de mariposas, de la variedad panaxia quadripunctaria, no muy vistosas hasta que despliegan las alas, cosa poco habitual ya que solo lo hace cuando se encuentra en peligro o  de noche. Vamos, una polillita.
Tras esta visita, fuimos al pueblo de Alyki, al suroeste, que tenía una playa abarrotada, y como no nos gustó pateamos por la costa hasta llegar a un conjunto de tranquilas pequeñas playas de roca, Makria Mity. El agua como suele pasar con fondos de roca era muy transparente.



Paros además cuenta en su capital Parikia con una iglesia increiblemente bien conservada del S.IV, Panaghia Ekatontapiliani , que es una maravilla. También hay tumbas romanas, y los restos de un curioso torreón veneciano, contruido con las columnas de marmol de antiguos templos griegos, qué dolor!

Tras disfrutar a tope nuestros días en Paros, nos fuimos a nuestra última isla de este trayecto, Mikonos.

La capital Mikonos, es un espectáculo desde que llegas, con sus impresionantes vistas, construída sobre una ladera que baja hasta el mar, y sus sorprendentes callejuelas que terminan abruptamente sobre la costa.



La capital tiene además su propia playita.

 

Al día siguiente visitamos la mítica Delos, que tambíen te recibe con su suave costa, y sus magníficas vistas, las ruinas están muy deterioradas.


Despúes nos dirigimos a  las playas deAgios Ionanis. La playa era hermosa, y hacia el final tenía unas pequeñas calas en las que encontramos tranquilidad para observar el espectacular atardecer.





Al día siguiente nos desplazamos al sur hasta el pueblo de Kalafati, y desde allí bajamos andando hasta la gran playa Kalo Livadi, ventosa y alejada, la gente se desplazaba en taxi para llegar a ella, mas de la mitadde la playa esta llena de hamacas y algunos bares que se aprovechan de que no hay nada más en los alrrededores (5 € la botellita de agua!). Pero la otra mitad está sin hamacas, la arena es fina, y el agua de un turquesa precioso.



Por no marcharnos sin visitarla, aunque ya sabíamos lo que nos íbamos a encontrar, fuimos a Paradise beach.
Al llegar pronto, la gente que había estaba dormida y descansando todavía, algunos de empalmada, con lo que estuvimos entretenidos observando la fauna que por allí se mueve.



No sé si repetiré estas mismas islas, aunque es mas que probable que sí, lo que es seguro es que volveremos a Grecia, y no dentro de mucho, espero.

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